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Leonel Muñoz Zambrano
Director general de la unidad de gerenciamiento del programa
de agua potable y alcantarillado del Cantón Portoviejo

Alhajuela: En panadería familiar se sacia el hambre con amor, ricos yoyos y rosquitas

“Amor con hambre” es un dulce rico y tradicional de Portoviejo, y de seguro será encontrado en una panadería de Alhajuela, donde los integrantes de la familia Intriago Loor se nutren del amor que se tienen para juntos elaborar panes, yoyos, roscas y bizcochuelos; y el que a su vez lo transmiten a los paladares de sus comensales para saciar su hambre. 

Así han pasado 30 años desde que Víctor Intriago y Digna Loor empezaron su negocio, que avanzó con el nacimiento de sus hijos: Argelis, Luisana, Tatiana y Leonela, quien comparte su nombre con el de la panadería.

La actividad en la panadería empieza antes que la aurora recorra las riberas del río Chico y los cerros aledaños con sus faldas cargadas de platanales, en la entrada de la vía a Chirijos, un sector bien movido por el tránsito incesante de vehículos y la algarabía de los estudiantes de la Unidad Educativa Alhajuela.

Pero los panes se acaban de inmediato. A media mañana no hay y los otros productos tienen que tomar la posta. “La gente compra al por mayor para vender en las tiendas de poblaciones aledañas”, dijo Digna, que tuvo que aprender el arte de la panadería por Víctor, heredero de los saberes compartidos por sus padres y abuelos.

Luisana desde niña fue atrapada por la tradición. Ahora lidera la elaboración de más de 1.500 roscas al día y lo hace con una técnica estricta en tiempos, lo que asegura que estén tostaditas y sabrosas para el deleite del consumidor.

Es que estar en esta panadería es volar en un paraíso por la mezcla de los ricos olores que emanan las roscas y los bizcochuelos recién hechos. Estos últimos a cargo de Leonela, quien los empezó a hacer durante la pandemia, gustando por su sabor a todos. Ahí descubrió que tiene pasión y talento para este arte.

En las labores se une Ángel García, proveniente desde El Achiote y que también guarda una tradición familiar en hacer panes. Él es responsable de los yoyos y, al igual que Luisana y Leonela, ya tiene sus sentidos aguzados: sus ojos y olfato miden colores y aromas para mantener la delicia de los productos.

En definitiva es un arte, que con la dotación permanente de agua potable mejorará su calidad, tal como lo asegura una expectante Digna ante el Plan Triple AAA. “Habrá hasta ahorro, pues no compraremos 3 ó 4 bidones de agua a la semana para preparar los productos, ya que siempre tendremos agua desde la llave de la casa”, enfatizó.

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