Siempre hay una primera vez. Para Gabriel Basurto, de 35 años, y los demás vecinos de Cañales, en Calderón, es una experiencia única ver la instalación de biodigestores en sus hogares, con lo que ya no habrá pozos sépticos ni malos olores cerca de casa y, en especial, los esteros no serán contaminados con las descargas de aguas sucias.
“Eso es bueno, que no haya contaminación. Jamás se ha visto esto y de verdad que estoy contento de que piensen en darnos mejor vida”, dijo Gabriel.
En Cañales son instalados 143 biodigestores, que son contenedores que reemplazan los pozos sépticos y tratan las aguas servidas. En sí, la materia orgánica que entra se descompone y mediante un proceso anaeróbico se desecha a un campo de infiltración; es más, los lodos que quedan pueden servir como abono o biogás.
En definitiva, son instalados 604 biodigestores en una docena de comunidades de los 4 sistemas de agua potable y saneamiento, implementados en el programa de comunidades dispersas del Plan Triple AAA: El Gramal y La Majagua, de Pueblo Nuevo; y Cruz Alta y Cañales, en Calderón.
EL DATO
El Plan Triple AAA representa una inversión de más de 137 millones de dólares, financiados con una operación internacional de crédito con Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Europeo de Inversiones (BEI), Gobierno de España (Fonprode-AECID), y donaciones para atender a comunidades dispersas con fondos de FCAS, AECID y LAIF.