La alta productividad que se genera en la ruralidad portovejense atrae a propios y extraños. Por ejemplo, Nieve Ramírez es de Calceta y encontró en el tramo de la vía entre El Rodeo y Pimpiguasí una oportunidad de reactivación económica. Prácticamente se “derritió” de gusto por los dulces hechos en esta zona y el agua de coco, y tomó la buena decisión de venderlos.
Ella, de 36 años, viaja todos los días desde Calceta. Lo hace desde hace 8 años cuando sus hermanos le propusieron vender dulces y agua de coco en los buses. “En principio no quería porque me daba miedo y vergüenza, pero me decidí y me gustó”, manifestó mientras vendía una fundita de alfajores a una pasajera.
Además, tiene un estado físico envidiable. Aprovecha que los buses disminuyen la velocidad en los muros para subir y bajar con una agilidad asombrosa. Una vez ¡cataplum! se cayó, pero eso no la detuvo y ahora toma más precaución… son gajes del oficio.
También espera con ansias que el Plan Triple AAA les dé agua potable todos los días, porque les va a mejorar el negocio. ¿Cómo lo hará?, pues el hielo que compra para que las botellas de agua de coco se mantengan frescas, ya no será de mala calidad y salada que pone el tacho feo.
“Ahora serán hechos con buena agua”, enfatizó.
Así es la historia de “Chabelita”, como la conocen sus 9 compañeros de oficio. Pues sí, es la única mujer en este grupo de vendedores, que con su trabajo fortalecen la identidad de una ruralidad que con el Plan Triple AAA tendrá días mejores para sus familias.
EL DATO
El Plan Triple AAA representa una inversión de más de 137 millones de dólares, financiados con una operación internacional de crédito con Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Europeo de Inversiones (BEI), Gobierno de España (Fonprode-AECID), y donaciones para la atención a comunidades dispersas con fondos de FCAS, AECID y LAIF.